lunes, 9 de noviembre de 2009

Había una vez un muro

Caída de los muros de Berlín

En julio de 1990 la célebre estrella de rock Roger Waters dio el concierto de rock más alucinante de la historia. A lo largo de 25 temas del disco The Wall, se construía un muro entre el escenario y el público hasta que no se podía ver nada. En la último canción, el muro fue destruido.


La analogía era perfecta. Seis meses atrás se había producido el hecho que marcó el fin del siglo XX, el comienzo de un mundo unipolar con Estados Unidos como único imperio absoluto.


El diez de noviembre Berlín de 1989 amaneció ansioso, revolucionado. Miles de personas de ambos lados del muro acudían allí con martillos, picos y una emoción en la mirada: la que indica el fin de un sufrimiento. Hacía 28 años que la cortina de hierro impedía a la población de la República democrática de Alemania (oriental y soviética) cruzar hacia su vecina y enemiga República Federal (occidental y capitalista). El día anterior a las 23 horas y a causa de la presión de la multitud de ambos lados, el punto de control Bornholmerstrasse había sido abierto y así lo fueron haciendo los demás. La Guerra Fría entibiaba.


Levantamiento del muro de Berlín

Veintiocho años y tres meses antes, Berlín había amanecido conmocionada, desentendida. En la frontera, donde había un alambrado, se erigía con casi tres metros de alto y 120 kilómetros de largo una pared. Nadie lo había predicho ni sospechado. Los comunistas ponían una solución a una de sus peores pesadillas, le emigración masiva del pueblo hacia occidente. Entre 1949 y 1961, se cree que tres millones de personas lo hicieron. Si podían ser ricas, ¿por qué iban a conformarse con ser pobres?


Historia del muro de Berlín

Dos meses y medio después, el 27 de octubre de 1961, se produjo una confrontación directa y peligrosa entre soviéticos y yanquis en el famoso punto de control Charlie. En 1975 el muro fue mejorado. Se lo llamó muro de la cuarta generación, con una altura de 3,6 m y formado por 45.000 secciones de 1,5 m de longitud. Más de 300 torres de vigilancia y treinta búnkers lo resguardaban.


Fueron 5.000 las personas que lograron mofarse de semejante paredón y cruzarlo, aunque se cree que murieron 192 en el intento, a causa de balas comunistas.


Los obreros Peter Fechter y Helmut Kulbeik se llenaron de coraje el 17 de agosto de 1962. Después de esconderse en un taller al lado del muro y esperar a que los moros de la costa, es decir los soldados soviéticos desaparecieran, ambos saltaron por una ventana, hasta el llamado corredor de la muerte, cerca del punto Charlie. Tenían que correr pocos metros, escalar un muro pequeño en construcción y listo, serían libres. Sin embargo, el pobre Fechter murió en el intento, baleado por los soldados cuando intentaba subir el pequeño muro. Cayó al piso y se desangró frente a cientos de testigos, entre ellos gran parte de la prensa occidental.

Su amigo sí lo logró. He aquí una foto gloriosa.


En 1964, 57 personas lo violaron, al cruzar un túnel cavado por los occidentales.


1989-2009

Hoy se cumplen 20 años, desde la construcción del muro que partió al mundo a la mitad. Lamentablemente, mi primitiva memoria de tres años de vida no lo consideró un hecho de importancia y lo olvidó al igual que otro infinito número de eventos que conformaron entonces mi realidad. Por suerte, hoy en día Roger Waters, líder de la banda de rock más grande de todos los tiempos Pink Floyd sigue dando los mejores conciertos, a no perdérselo la próxima.

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