viernes, 4 de septiembre de 2009

Cerca del final de la honda pena hondureña


El anuncio del gobierno estadounidense de cortar U$S 30 millones de ayuda a Honduras renueva las esperanzas de quienes, día a día, luchan para que la democracia vuelva al país centroamericano. Ya el presidente legítimo y secuestrado por los militares el 28 de junio, Manuel Zelaya anunció que piensa volver "por las buenas o por las buenas" a Tegucigalpa, en lo que sería un tercer intento de retorno (recordar el fallido intento de aterrizaje del 5 de julio, y el cruce de frontera desde Nicaragua el 24 del mismo mes suena alentador para cualquiera que crea en la lucha permanente ante un hecho de tal calibre).

Quizás con esta última medida se logre asfixiar al Golpe del presidente de facto Roberto Micheletti. Pueden sentirse los delirios de los golpistas que, a duras penas, creen que el poder se obtiene mediante armas y secuestros forzosos. He aquí por ejemplo un muy buen chiste del ministro de la Presidencia del Golpe, Rafael Pineda, quien consideró que el corte de recursos anunciado por la secretaria del Estado yanqui, Hillary Clinton, se trata de una medida “poco amistosa” que alinea al Gobierno de Barack Obama con el de Hugo Chávez y “condena al pueblo que lucha contra la expansión marxista en Centroamérica y América”.

Esquizofrénica o lenta la actitud del gobierno de Obama, que se tomó su tiempo (dos meses y medio) para tomar una medida que, se espera, ponga contra la pared a un Golpe que importa a todo el continente, ya que Honduras vivía tres décadas de democracia, al igual que muchos otros países latinoamericanos.

El depuesto Zelaya declaró: "¿Cómo un gobierno que surge de una élite económica garantiza legalidad si ellos son ilegítimos? Las elecciones en Honduras profundizarían la crisis y no habrían las transformaciones que quiere el pueblo hondureño, como son más democracia y más libertad económica. Cuando hay exclusión de la población en la economía, el pueblo tiene derecho a protestar y tiene derecho a proponer reformas"; manifestó Zelaya.

Una segunda contradicción tiene que ver las razones inmediatas del secuestro de Zelaya. En Colombia, el parlamento aprobó el referéndum para que Álvaro Uribe pueda ser electo por tercera vez. En un país que sigue al pie de la letra los mandatos del imperio y que vive en guerra con las FARCS, y para el combate aprueba grupos paramilitares, de los que se sabe sus abusos para con los civiles. En Honduras costó caro pedirle a un pueblo terriblemente sufrido si quería poder votar para una segunda reelección. Pero el pueblo a pesar de todo, sigue de pie, luchando por la democracia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts with Thumbnails