Primero fue el café, después la cocaína y ahora una nueva mercadería mueve las finanzas colombianas. Pero no se destaca ésta por la cantidad, sino por la cualidad del producto de exportación e importación.
Hablo en este caso de seres vivos, más especialmente militares y "paras" (así les llaman allí a los paramilitares que combaten a las FARC arrebatando todo lo que se pone en su camino; algunos de ellos fundan nuevas plantaciones de coca y pasan a llamarse
"narcoparamilitares"). Ya son conocidos los
soldados yanquis que importó a sus siete bases militares; pero para equilibrar la balanza, ahora desde Colombia exportan "paras".
Las denuncias provienen del
Comité de Familiares de Detenidos y Desaparecidos de Honduras y el
Frente de Resistencia Popular hondureño.
"Los Rastrojos" -ejército privado de empresarios narcos del Valle- estarían reclutando paramilitares colombianos desempleados. Es decir que ellos pasarían de combatir a las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas a defender a los empresarios hondureños que quieren mantener sus plantaciones de caña de azucar y palmera.
"Claro, será para defenderlos del Gobierno hondureño de facto de Roberto Micheletti que encabezó el Golpe de Estado del 28 de junio, secuestró al electo Mel Zelaya, sólo porque éste quiso preguntarle al pueblo si podía postularse por segunda vez a la presidencia", dirá el hombre que está solo y espera.
No precisamente.
Esta nota publicada por el diario El Tiempo de Colombia describe con poca claridad el papel de la dictadura aludiendo a una "violencia que ha generado el golpe". Más bien parecería la segunda razón la acertada, es decir, "del ataque urbano de las
'maras'". Un nuevo país latinoamericano cae en el infierno de la guerra civil entre mafiosos de las drogas y el pueblo marginado.
Según algunos testigos, el negocio consistiría en cuatro puntas:
Eduardo Cifuentes, alias
'el Águila' y
Ramón Isaza: ambos líderes "paras" que reclutan soldados for export.
Dos anónimos ex lugartenientes: la famosa reunión se llevó a cabo en tierras que, se cree, son del gobierno de facto hondureño.
Casa, comida tropical y una paga de 750 dólares mensuales es lo que les espera a estos "combatientes rasos" internacionales de la ultraderecha latinoamericana.
Ambas autoridades oficiales negaron la información, aunque se comprometieron a investigar.
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