Llegaron volando, como alguna vez cantó Ismael Serrano. Casi fueron fusilados como uno de los Buendías en Cien Años de Soledad y miles de activistas políticos del Mundo. Tres murieron ahorcados hace tres años de la misma manera que los dictadores Benito Mussolini y Saddam Hussein. El último de esta lista murió tres semanas atrás, según el Departamento de Estado norteamericano, también de un aparente suicidio
Dos eran yeminíes y dos saudíes. Sus muertes levantaron sospecha, de la misma manera que la de Slodoban Milosevic , el carnicero de los Balcanes, antes de ser juzgado en La Haya. Es que matarse en un lugar lleno de soldados y agentes de la Cia no es común.
Menos si se tiene en cuenta que los tres ahorcados lo hicieron con los cordones de sus zapatillas. Parece que en Guantánamo no funciona el sentido común de todas las cárceles del Mundo acerca de no dejar ese tipo de elementos cerca de los reos.
De la causa que mató al último de esta nómina no se sabe nada más que fue encontrado muerto en su celda en lo que el Ejercito Norteamericano calificó de suicidio. La familia de los tres ahorcados no están tan seguras que lo que sus allegados hicieron haya sido una protesta contra las condiciones en las que estaban.
Ellos afirman que a los carceleros de Guantánamo se les fue la mano con los golpes.En cambio, sobre la opinión de los más cercanos al que termina con la lista no se sabe nada. Como no se tiene conocimiento de los cerca de 200 presos que hay en ese lugar en este momento esperando por su partida.
Al fin y al cabo Los Corleone y el Gobierno estadounidense sólo poseen una diferencia: unos matan sin discriminar a quien, otros también lo hacen pero habrá que ver a cuantos han torturado antes.
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